martes, 18 de septiembre de 2018

Pensamiento Crítico


Podemos definir el Pensamiento Crítico como un proceso intelectual que nos permite alcanzar una postura razona y justificada en un contexto definido. En este proceso resultan claves ciertos aspectos que permiten llegar a ese objetivo de forma satisfactoria:

  • Es necesario formular la pregunta con claridad sin dejarse contaminar por sesgos o tendencias.
  • Identificar el punto de vista inicial del sujeto. Para evitar la influencia de prejuicios cognitivos o sociales, es importante realizar el ejercicio de contrastar otros puntos de vista contrapuestos y analizar sus pros y sus contras.
  • Identificar de forma clara los supuestos relacionado con dicho punto de vista y contrastarlos con datos, informaciones y evidencias. Solamente los supuestos apoyados en datos empíricos son válidos.
  • Por último, el proceso de razonamiento tiene como fin el generar una serie de conclusiones que dan respuesta a la pregunta inicial. Es imprescindible poner a prueba esas conclusiones, contrastando su veracidad con los datos recopilados.

El Pensamiento Crítico es un proceso que todo ser humano puede desarrollar mediante una correcta educación. En nuestra opinión, valoramos de forma muy positiva el hecho de inculcar esta forma de razonar en el ámbito educativo desde edades tempranas. De esta manera, l@s alumn@s serán capaces de aplicar de manera correcta el proceso descrito en cualquier contexto y con argumentos suficientemente sólidos. Se trata de una herramienta que abre la puerta a la independencia intelectual de las personas, a las cuales permite resolver problemáticas diversas por sí mismas de manera eficiente.


No obstante, el Pensamiento Crítico debe ejercerse hasta sus últimas consecuencias. De lo contrario, puede servir como arma de doble filo. Hay gente que se escuda en una supuesta actitud crítica para poner en duda logros o teorías avalados por investigaciones científicas serias. Es el caso de las personas contrarias a la vacunación o las escépticas que creen que la llegada del ser humano a la luna es un montaje.


Este último caso es muy sintomático de esta actitud de falso pensamiento crítico. Hay gente que sostiene que la expedición a la luna fue mentira, un simple montaje orquestado por los EEUU para adelantar a la Unión Soviética en la carrera espacial. Con ello desmontan la opinión generalizada de la sociedad, que si acepta la veracidad del suceso. El problema viene cuando basan su argumentario en una serie de observaciones que no tienen ninguna veracidad. No se pueden comprobar y se fundamentan en interpretaciones sesgadas del material gráfico que generó la propia expedición.

Sin embargo, existen datos veraces que demuestran que el ser humano llegó a la luna. Por ejemplo, los astronautas del Apolo 11 colocaron un panel de unos 60 cm de ancho recubierto por 100 espejos apuntando a la Tierra.  A día de hoy, es el único experimento científico del Apolo que aún funciona y se puede comprobar. Se puede lanzar un rayo láser desde un telescopio y contar el tiempo que tarda en regresar a la fuente para calcular la distancia entre la Tierra y la Luna.

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